La formación académica en un lugar de excelencia académica y elevado prestigio médico y científico internacional me permitió revalorar todo lo que me enseñaron y había aprendido en nuestro país, tanto en la facultad como en la residencia hospitalaria, donde tuve excelentes maestros y compañeros que me estimularon constantemente.
Haber sido formado en una de las mejores universidades argentinas y haber sido premio universidad me dio una ventaja comparativa importante para aprovechar mi estancia en el extranjero, donde además de incorporar el conocimiento de nuevas técnicas y procedimientos, tuve la oportunidad de formarme acabadamente como neonatólogo intensivista e investigador clínico. Sin duda este hecho fue el más significativo a mi regreso, pues en estos últimos 25 años he logrado construir un sólido grupo de investigación que ha alcanzado importantes logros en la generación de nuevos conocimientos que se reflejan en las numerosas publicaciones en revistas internacionales de gran prestigio en la especialidad.
Desde el punto de vista humano, me permitió conocer y vivir en profundidad una cultura que dejó ondas marcas en mi forma de entender la medicina, la asistencia a los enfermos, la docencia, la ciencia y la investigación.
Estoy muy feliz de haber regresado y colaborar activamente para una mejor formación de recursos humanos de primer nivel en nuestro medio.
Mi mayor orgullo son los ex alumnos, residentes, becarios de doctorado y posdoctorales que han trabajado conmigo y hoy ya formados multiplican y comparten generosamente sus conocimientos y esfuerzos con las nuevas generaciones.