Mi nombre es Florencia Corbalán y recientemente he finalizado la carrera de Medicina en la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional de Rosario. Hago este escrito para poder compartir mi historia sobre mi participación en la Olimpiada Académica Nacional de Estudiantes de Medicina (OANEM) y sobre el premio y la experiencia a la que ello me llevó.

En el año 2016 y 2017 participé de las OANEM que se realizan anualmente en la ciudad de La Falda, Córdoba, con otros estudiantes y amigos de la FCM de la UNR, conformando la delegación de Rosario. Obtuve el primer premio en el año 2017, por el que elegí viajar a Estados Unidos, para realizar una rotación en “New Haven Hospital” en el servicio de Cirugía Torácica, en donde estuve 4 semanas en los meses de septiembre y octubre del corriente año. Sin esta participación en las OANEM me animo a decir que era una posibilidad casi nula para mí poder hacer este viaje y obtener esta experiencia, por lo que estaré siempre agradecida a la Universidad Nacional de Córdoba y a las personas que organizan estos intercambios, porque hicieron que este viaje sea posible, y que todo saliera a la perfección.

Esta rotación hizo que viviera 4 semanas como una residente de cirugía, lo que implicaba ingresar en el hospital diariamente a las 5 de la mañana, chequeara los pacientes, realice actividades académicas con otros estudiantes, residentes y médicos de planta, realice chequeos preoperatorios y luego ingresara en el quirófano muchas veces asistiendo en cirugías complejas, o simplemente observando, pero siempre aprendiendo; luego, realizaba chequeos postoperatorios y los informaba a los residentes.

Por supuesto que esta experiencia permite aprender muchísimo sobre la Medicina en un país primermundista, donde las Historias Clínicas son electrónicas, el hospital tiene 30 quirófanos (o más) actuando en simultáneo, donde el ingreso a los pabellones del hospital es restringido incluso para el personal, entre otras cosas. Pero esta experiencia también me permitió conocer gente de otros países (con la riqueza cultural que ello implica), dado que en este hospital hay gran cantidad de estudiantes internacionales. Además, el hospital se ubica en frente de la Universidad de Yale, por lo que el contacto con estudiantes de la misma universidad es reiterado. Por otro lado, en mi alojamiento compartí espacios con personas que estaban haciendo la misma rotación que yo, pero en otras especialidades (pediatría, anestesiología, cardiología, emergencia, etc.) y pudimos intercambiar experiencia y aprendizaje.

Es una oportunidad que vale la pena vivir, que es difícil de describir con palabras porque todo parece no alcanzar. Por eso, siempre, siempre estaré agradecida por esta oportunidad, y espero que más estudiantes tengan la posibilidad de vivirla y disfrutarla como lo hice yo.